Una vez más el capitalismo internacional se ha reunido, esta vez en Pittsburgh (USA), el 25 de septiembre de 2009, solemnemente han afirmado que la recuperación económica capitalista mundial es un hecho, y han reconocido algunas de las causas fundamentales de la crisis capitalista: la actuación temeraria e irresponsable de los banqueros, el robo de los banqueros con sus sueldos y la falta de supervisión.
Sin embargo, la realidad económica y social descubre y explica las mentiras e injusticias de las reuniones políticas del capitalismo internacional, que solo sirve a los intereses de la clase dirigente económica y política, en contra de los cientos de millones de personas en paro forzoso y del aumento de los más de mil millones de personas que pasan hambre como consecuencia de la crisis del capitalismo.
Las políticas económicas y fiscales adoptadas en la cumbre de Pittsburgh responden a la máxima de robar al pueblo a favor de los ricos, propietarios empresariales y burocracias dirigentes económicas y políticas.
Todas las actuaciones gubernamentales en fiscalidad, presupuestos públicos, reformas laborales, salarios, pensiones, sanidad, educación, prestaciones sociales son recortadas, y en contraposición aumentan las ayudas a los banqueros y capitalistas con todo tipo de subvenciones y financiaciones, públicas, a la vez que no se tocan los privilegios de las elites dirigentes, empezando por sus sueldos.
El capitalismo confirma que es un hecho económico al servicio de una aristocracia del poder y del dinero basado en la explotación y robo del pueblo, de los trabajadores.
Pero ante todo, lo que la clase dirigente ha reconocido en Pittsburgh, es la quiebra total y absoluta del capitalismo como sistema económico universal, su ineficacia, ineficiencia, injusticia y que solo sirve a los intereses de una minoría privilegiada, que son ellos y que están dispuestos a defender.
Día a día se evidencia que, toda la teoría económica del capitalismo consiste en la práctica de unas políticas gubernamentales de favorecer única y exclusivamente, al mundo empresarial capitalista y sus burocracias, y aumentar la explotación y robo de los trabajadores, así de sencillo. La ideología política, la economía política y las políticas económicas del capitalismo, y su supuesta teoría económica, han sido desnudadas por la realidad social y económica, por los hechos económicos analizados científica y racionalmente.
Todos los expertos del capitalismo han recogido las enseñanzas de las religiones: la fe. La fe en Dios y en el Capital, fuera de esa estupidez no hay salvación.
Y si la realidad social analizada científicamente constata la injusticia, barbarie e injusta distribución de la riqueza, no importa, se continúa con la fe en el capital, porque para la clase dirigente sus privilegios e intereses están por encima de la vida, dignidad y derechos de toda la humanidad, de igual forma que para la religión la fe en Dios está por encima de la ciencia, la razón y la vida de los pueblos.
José Luis Velasco - Historiador de las Doctrinas Económicas
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