FUNÁMBULOS / Ana Sigüenza (Extraido del periódico cnt de Noviembre de 2010)
En vísperas de la huelga del 29-S, una lección al respetable es la que dio la CNT de Villaverde con su comunicado Ante la huelga general, el derecho a trabajar. Sí señor, con mayúsculas.
Debían de estar hasta las narices de tanto antisindicalismo y tanta mala baba en los medios de comunicación con un discurso lavativo de cerebros para que sus autómatas receptores repitieran como clones: Que si los piquetes harán, que si la coacción, que si el derecho a trabajar, que si los liberados, que si las subvenciones, que si los servicios mínimos, que si se secuestra al ciudadano…
He visto muchos piquetes en tantos años pero nunca había visto uno tan grande y con tanta duración: Todos los efectivos de todos los medios de comunicación trabajando a toda máquina, las veinticuatro horas, durante tres meses, programando las mentes, defendiendo la reforma laboral y retraso de la edad de jubilación y afirmando que se quedaban cortas.
Tres meses en los que no se ha entrevistado nunca en los principales medios a nadie en contra de estas medidas y que defendiera la necesidad de la huelga (casi, ni siquiera a Méndez, ni a Toxo) y mucho menos quienes pueden llevar la cara muy alta, como los hombres y mujeres de la CNT.
Tres meses de un despliegue sin precedentes, de oleadas de tertulianos antisindicales, antiobreros, clasistas y mamporreros del poder a los que no les afecta esta reforma, ni las pensiones; con diferentes nombres, pero con la misma cara. Tres meses de tratarnos como a delincuentes retrógrados, sólo porque no nos resignamos, a pesar de todo su veneno y de todos los vendeobreros. Tres meses de expertos en nada que lo mismo opinan del cambio climático que de las pensiones, prostituidos en comandita, alrededor de un micrófono o una mesa redonda, a la que no vuelven a llamar a los pocos o pocas expertos en el tema que, casualmente, tengan argumentos científicos para lo contrario.
A algunos de estos medios les pagamos con nuestros impuestos para que nos insulten. Hasta las narices de escuchar todo el día 29 de septiembre la misma cantinela a los clones.
No sé vosotros, pero yo me mosqueo cuando los más fachas del curro aplauden algunos de los párrafos de nuestros comunicados. Lo cierto es que el 29-S nos pasamos todo el día repitiendo a los esquiroles: La CNT no tiene ninguno de los defectos que decís y no vemos las colas para ir a afiliaros. Gracias a CNT Villaverde porque ahora sé los derechos que tengo, pero también sé que tengo la necesidad de fomentar el espíritu asociativo de mis congéneres de clase en un plano de igualdad y ahora más que nunca siento la necesidad de dejarme de asuntos accesorios y de defender el sindicalismo sincero como única y delgada línea que nos separa de ser esclavos.
La CNT cumple 100 años. Será por algo, vamos a dejarnos de tonterías.
En vísperas de la huelga del 29-S, una lección al respetable es la que dio la CNT de Villaverde con su comunicado Ante la huelga general, el derecho a trabajar. Sí señor, con mayúsculas.
Debían de estar hasta las narices de tanto antisindicalismo y tanta mala baba en los medios de comunicación con un discurso lavativo de cerebros para que sus autómatas receptores repitieran como clones: Que si los piquetes harán, que si la coacción, que si el derecho a trabajar, que si los liberados, que si las subvenciones, que si los servicios mínimos, que si se secuestra al ciudadano…
He visto muchos piquetes en tantos años pero nunca había visto uno tan grande y con tanta duración: Todos los efectivos de todos los medios de comunicación trabajando a toda máquina, las veinticuatro horas, durante tres meses, programando las mentes, defendiendo la reforma laboral y retraso de la edad de jubilación y afirmando que se quedaban cortas.
Tres meses en los que no se ha entrevistado nunca en los principales medios a nadie en contra de estas medidas y que defendiera la necesidad de la huelga (casi, ni siquiera a Méndez, ni a Toxo) y mucho menos quienes pueden llevar la cara muy alta, como los hombres y mujeres de la CNT.
Tres meses de un despliegue sin precedentes, de oleadas de tertulianos antisindicales, antiobreros, clasistas y mamporreros del poder a los que no les afecta esta reforma, ni las pensiones; con diferentes nombres, pero con la misma cara. Tres meses de tratarnos como a delincuentes retrógrados, sólo porque no nos resignamos, a pesar de todo su veneno y de todos los vendeobreros. Tres meses de expertos en nada que lo mismo opinan del cambio climático que de las pensiones, prostituidos en comandita, alrededor de un micrófono o una mesa redonda, a la que no vuelven a llamar a los pocos o pocas expertos en el tema que, casualmente, tengan argumentos científicos para lo contrario.
A algunos de estos medios les pagamos con nuestros impuestos para que nos insulten. Hasta las narices de escuchar todo el día 29 de septiembre la misma cantinela a los clones.
No sé vosotros, pero yo me mosqueo cuando los más fachas del curro aplauden algunos de los párrafos de nuestros comunicados. Lo cierto es que el 29-S nos pasamos todo el día repitiendo a los esquiroles: La CNT no tiene ninguno de los defectos que decís y no vemos las colas para ir a afiliaros. Gracias a CNT Villaverde porque ahora sé los derechos que tengo, pero también sé que tengo la necesidad de fomentar el espíritu asociativo de mis congéneres de clase en un plano de igualdad y ahora más que nunca siento la necesidad de dejarme de asuntos accesorios y de defender el sindicalismo sincero como única y delgada línea que nos separa de ser esclavos.
La CNT cumple 100 años. Será por algo, vamos a dejarnos de tonterías.
No hay comentarios:
Publicar un comentario