En Toledo nos concentramos en las puertas de la Biblioteca regional, informando a los/as trabajadores/as y usuarios de esta sitiación y animandoles a actuar y denunciar estas situaciones. Durante la concentración se cantaron consignas animando a la clase trabajadora a organizarse desde la base, sin lideres, sin falsos salvadores elegidos en urnas, ya sean politicas o sindicales, y que son responsables de la ola de atentados sociales que estamos sufriendo actualmente.
Recordemos que en septiembre de 2010, la CNT de Madrid inició un conflicto contra la Dirección de la Biblioteca Nacional por sus prácticas de cesión ilegal hacia los/as más de 400 trabajadores/as subcontratados/as, que están siendo represaliados/as y despedido/as por denunciar su situación de precariedad laboral. Nuestras compañeras Begoña y Sara – del Departamento de Música – y nuestra compañera Marta – del Área de Relaciones Institucionales – fueron las primeras represaliadas por denunciar su situación de contratación irregular, habiendo sido despedidas y trasladadas a las oficinas de la empresa INDRA donde todavía permanecen secuestradas hasta la resolución del proceso judicial.
A estas alturas del conflicto, muchos/as han sido los/as compañeros/as que han demandado su situación de cesión ilegal de trabajadores/as. La Biblioteca Nacional tiene 18 procesos abiertos por este motivo, entre los que se encuentran las más recientes demandas de nuestras compañeras Aurora – del Salón General – y Raquel – de Prensa y Revistas.
En este contexto de reivindicación de derechos laborales, en el verano del 2011 la Dirección de la Biblioteca Nacional anunció una política de despidos masivos que se inició con 16 compañeros/as despedidos/as del Departamento de Música. Entre este personal bibliotecario se encontraba nuestra compañera Lidia, despedida tras 9 años de trabajo en una situación clara de cesión ilegal. Estos despidos de personal externo, cuyo trabajo se ha probado necesario para el desarrollo de las funciones básicas de la institución, se está traduciendo además en una dejadez absoluta en la obligación de la Biblioteca Nacional en la catalogación, preservación y difusión de los materiales que custodia, cargando sobre el personal público las tareas que realizaba el personal externo despedido. Y todo esto se está realizando mediante el continuo desvío de capital público a empresas privadas. Una persona subcontratada supone un 40% más de gasto que si su contratación se realizara de una forma directa para cubrir el mismo puesto de trabajo.
Al apoyar esta política de privatizaciones y represalias, la Directora de la Biblioteca Nacional se muestra ante nosotros/as como un agente más de los intereses mercantilistas que llevan años intentándose apoderar de nuestra vida, de nuestra cultura y de nuestro patrimonio.
Secretaria de Prensa, Cultura y Propaganda de Toledo.
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