Página de información del Sindicato de Oficios Varios de Toledo de la Confederación Nacional del Trabajo, adherida a la Asociación Internacional de los Trabajadores.

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viernes, 28 de febrero de 2014

Mercadona: radiografía de un conflicto permanente


La reciente denuncia pública de CNT alertando de la existencia de un ERE encubierto por parte de la conocida cadena de supermercados en diferentes puntos de la provincia valenciana, ha vuelto a poner de manifiesto la política de despidos por parte de esta empresa liderada por Juan Roig, todo ello a pesar del lavado de cara que pretende ocultar su agresiva política laboral, tal y como ha sucedido con el reciente anuncio a bombo y platillo en los medios de comunicación del nuevo convenio colectivo para los próximos cinco años.
Lo que no se cuenta tan alegremente es la constante sangría de despidos que Mercadona lleva a cabo por todo el país. Centrándonos en los casos más recientes, y solamente en la provincia de Valencia, el sindicato contabiliza más de 40 despidos en diferentes localidades como Valencia, Alzira, Xàtiva, Cullera, Alberique, entre otros. Todos ellos tienen un mismo denominador común: se trata de trabajadores y trabajadoras con más de 20 años de antigüedad por los que la empresa de Juan Roig trata de evitar el pago de indemnizaciones mediante la fórmula de despidos disciplinarios.
CNT Valencia considera que para todos estos casos la empresa «podría haber puesto en marcha un Plan Interno de despidos para su plantilla más antigua –para cumplir un plazo fijado hasta el año 2015- con la finalidad de sustituirla por nuevos contratos más precarios que cumplan sus mismas funciones», teniendo en cuenta casos similares ocurridos durante el verano en otros centros de Córdoba y Ciudad Real. Todo ello, a pesar de que la cadena de supermercados cerró 2012 con un aumento de un 7% sus beneficios.
El miedo es una de las principales armas que maneja la empresa para ocultar estos y otros muchos casos similares. Una forma muy simple y eficaz para Mercadona es su funcionamiento mediante una red familiar, lo que hace que aunque un trabajador o trabajadora sea despedido, es muy complicado que denuncie o se organice en el trabajo teniendo en la empresa otros familiares trabajando dentro.
Por lo pronto los trabajadores afectados en Valencia han decidido dar el paso de organizarse en el sindicato, comenzando a hacer públicas «las situaciones de acoso, represión y despidos injustificados que se están produciendo en el interior de la empresa», tal y como relata el propio sindicato en un reciente comunicado. De esta forma el sindicato ya ha realizado concentraciones en las oficinas centrales de Valencia, así como en Xàtiva y Alzira, contando para ello con la colaboración del sindicato de Vall d´Albaida. Asimismo se ha decidido extender el conflicto al resto del Estado convocando a una jornada de lucha para la semana del 17 al 23 de febrero.
Mientras tanto en Aranjuez, el sindicato denuncia el despido de una compañera bajo falsas acusaciones, así como el despido de un transportista afiliado al sindicato que trabajaba para el grupo Acotral, dedicado a la distribución de sus productos. Cabe destacar en las concentraciones realizadas, el ahínco puesto por los coordinadores de tienda para amedrentar a los trabajadores que se intentaban solidarizar con los despedidos.
Las caídas al océano
Son precisamente los coordinadores de tienda los principales encargados de ejecutar esa política laboral diseñada desde las altas esferas de la empresa, y por la que ya se cuenta una larga «lista de trabajadores despedidos y represaliados, por bajas por depresión, con demandas por acoso y moobing», tal y como señala el propio sindicato de Valencia, acumulando decenas de sentencias condenatorias por este motivo.
A través de las fichas de evaluación, los coordinadores se encargan de tener controlada a la plantilla, conocer el grado de sometimiento de los trabajadores al coordinador en cuestión, en definitiva, si guarda o no sumisión a la empresa. Algunas fichas recibidas por el sindicato así lo atestiguan.
En ellas, lejos de evaluar la aptitud de los trabajadores en su puesto de trabajo, lo que persiguen es analizar la actitud hacia la empresa. De esta forma se realizan preguntas acerca de lo que un trabajador piensa más allá de la empresa, si tiene o no `legalitis´, si le importa o no lo que hagan los demás… y todo ello bajo diferentes exámenes en los que aprobar o no son auténticas pruebas de fuego para continuar en la empresa, o como se dice desde la propia empresa: «evitar las caídas al océano».
Un caso representativo de esta política de despidos basados en el mobbing por parte de los coordinadores, es el sufrido por Toñi Melendez Mera. Esta gaditana de 45 años, fue despedida tras ocho años y medio en la empresa, sin tener alguna nota negativa en la empresa. Un despido disciplinario encubría una situación en la que su edad, la reducción de jornada de la que disfrutaba por tener a tres hijos pequeños a su cargo, y casada con otra trabajadora de la empresa fue su sentencia. Tal fue así, que la misma suerte corrió su compañera sentimental. Desde entonces se dedicaron a hacerle la vida imposible para que aceptara el despido, «me trataron como a un perro», asegura en declaraciones a este medio. Finalmente tuvo que aceptar una indemnización superior a la que le correspondía pues su futuro en la empresa estaba muy lejos de volver a ser el que era.
Desde entonces Toñi no ha cesado en su empeño en dar a conocer su situación públicamente, incluso fue invitada a un programa de TVE pero a última hora, la presentadora del programa la llamó haciéndola ver que quien pagaba mandaba, y que su opinión ya no era necesaria dar a conocerla.
Precisamente, CNT Valencia a raíz del último conflicto, recuerda que hay trabajadores que están siendo denunciados por la empresa, ya que parece ser que la empresa obliga a los trabajadores que son despedidos a firmar una clausula en la que se comprometen a no emprender medidas de ningún tipo contra Mercadona una vez dejen de pertenecer a la empresa.
El caso de Toñi se encuentra entre los muchos que han decidido dar el paso de hacer pública su situación, dentro o ya fuera de la empresa. La mayoría guardan anonimato por temor a futuras represalias. Nos lo cuenta la persona que gestiona el foro de Mercadona –integrado dentro de la web cnt.es-, una web de internet referente para muchos trabajadores de la empresa: «las denuncias en el foro han aumentado en las últimas fechas por todos los despidos que se están produciendo. Quien entra al foro va buscando un poco de todo; casos de denuncias, búsqueda de información… Lo que hacemos es asesorarles un poco y dirigirles a su sindicato más cercano si dan el paso de organizarse sindicalmente. Buscan a la CNT por ser el sindicato de referencia».
Cronología del conflicto
Hay que remontarse varios años atrás para conocer el origen de este conflicto sin fecha de caducidad. Concretamente en el año 2005, en las localidades onubenses de Bollullos Par del Condado y La Palma del Condado, se produce el primer caso en el que trabajadores de Mercadona se organizan en el sindicato para hacer frente al acoso y mobbing que padecían, un fenómeno apenas conocido fuera de la empresa pero que a raíz de ese conflicto se afianzaría a pasos agigantados.
De esta forma se sucedieron los conflictos a lo largo y ancho de la península, siendo al año siguiente cuando trabajadores de Mercadona en Sant Sadurní d´Anoia (Barcelona) protagonizan la que a la larga se convertiría en la huelga más larga en la historia de Cataluña. Una huelga llevada a cabo por trabajadores inmigrados por la que exigían el fin del acoso laboral que sufrían, solución a las deficientes medidas de seguridad e higiene en el trabajo, el pago del descanso durante la jornada, así como la readmisión de los despedidos por denunciar tal situación. Durante la huelga se producirían situaciones tensas como la paliza dada a un miembro del comité de huelga por parte de matones a sueldo de la empresa, o la desesperación de una empresa dispuesta a ofrecer ingentes cantidades de dinero, tras trece meses de huelga, finalmente los trabajadores aceptaron una indemnización muy alta por sus despidos. El objetivo se había cumplido: Mercadona reconocía la improcedencia de los despidos, veía dañada su impoluta imagen como empresa ejemplar, y la CNT se convertiría desde entonces en el referente sindical absoluto dentro de la empresa ante el silencio cómplice, cuando no de descarado posicionamiento del lado de la empresa de los respectivos comités de empresa formados por UGT y CC.OO.


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