A esta sustracción hay que sumarle otros 10,33 millones de euros en
concepto de compensaciones, durante el ejercicio del 2012-2013, cuyos
destinatarios fueron los miembros del Consejo de Administración. A estas
cifras desorbitadas, faltaría añadir los salarios astronómicos de los
órganos de gobierno, la alta dirección, los puestos intermedios y las
redes colaborativas que son improductivos. Se debería también tener en
cuenta la implicación en el entorno de la Operación Púnica, la falsedad
de puestos intermedios en juicios por cesiones ilegales, la piratería
comercial en base a sobres y porcentajes para conseguir contratos, la
externalización de los procesos de formación a chiringuitos de amigos o
hasta directores (como Roura) imputados por presuntos delitos. En
definitiva, la dirección es una auténtica mafia patronal con un largo
etcétera.
Este tipo de comportamiento es reflejo de la corrupción a la que nos
tiene acostumbrados el binomio político-empresarial que explota con
malas artes la gallina de los huevos de oro. Estos conceptos de
indemnización e incentivos ponen en evidencia la huida hacia delante de
la antigua directiva, marcada por una nueva directiva reestructuradora o
cierra empresas, no sin antes llenarse los bolsillos a espuertas. Abril
Martorell, nuevo presidente de Indra, como ha demostrado a su paso por
PRISA, representa unas políticas de reestructuración ideadas en la
rentabilidad basada en la precarización de las condiciones laborales y
en la tecnificación de la producción prescindiendo al máximo de
trabajadores manuales.
Este ERE tiene un doble rasero. Primero, amortizar económicamente la
sangría producida por la mala gestión y las corruptelas cometidas
durante tantos años y salir así de las pérdidas a las que le han llevado
una ingeniería financiera que funciona con trampas hasta en los más
bajos niveles. Segundo, acomodar la empresa a las exigencias de mercado
con la excusa del ejercicio bursátil, que por casualidad coinciden en el
tiempo con el desfalco citado y el nuevo Plan Estratégico de Martorell
para el 2014-2018. Un ERE que seguro abrirá la caja de Pandora con más
medidas de reajuste empresarial que revertirán, como se rumia en el
ambiente, en una bajada salarial general, en una merma de derechos y más
EREs.
Hacemos un llamamiento a la unidad de acción entre todos los
trabajadores y sindicatos para defender lo que es nuestro. Porque los
EREs no se negocian. Porque a los compañeros y a las compañeras no se
les vende. Porque los despidos no son números, sino que son nuestras
vidas y nuestro futuro y porque sí se puede luchar contra los EREs.
Sección Sindical de CNT-Indra en Aranjuez
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