La anarquía no es el fuego ni las barricadas ni las masas enardecidas.
La anarquía es organización sin jerarquías, el comunismo en libertad.
La anarquía es organización sin jerarquías, el comunismo en libertad.
La anarquía no es el caos, tampoco la destrucción por la destrucción.
La anarquía es organización horizontal. El vivir sin Estado, sin patriarcado ni capitalismo.
La anarquía es organización horizontal. El vivir sin Estado, sin patriarcado ni capitalismo.
La anarquía no es "hacer lo que quieras"
sino la convivencia sin dominaciones donde las comunidades deciden organizadas en autogestión mediante pactos federativos, formales e informales, entre grupos, sindicatos e individualidades y entre todas las iniciativas necesarias para organizar las sociedades sin Estados ni gobiernos.
La anarquía tampoco es, como insisten erróneamente algunos compañeros, la organización meramente espontánea
sino la construcción organizada de la producción y distribución de lo existente donde lo trascendental serán las formas que se desarrollen a partir de lo que se ha construido en base a años de organización, propaganda y educación.
La anarquía tampoco es el vivir sin problemas ni el paraíso terrenal,
sino la solución de los problemas a través del apoyo mutuo y la solidaridad en igualdad.
Para terminar, la anarquía tampoco es estar contra todo,
sino que contra todo lo que nos oprime: Contra el salario pero no contra los asalariados.
Contra la meritocracia
pero no contra el desarrollo de las capacidades de cada cual.
Contra el trabajo como tortura
pero no contra los trabajadores.
Contra el amor patriarcal
pero no contra toda forma de amor.
Contra las relaciones impuestas por el Estado y las instituciones religiosas
pero no contra toda forma de relación sexo-afectiva.
Contra el ciudadanismo
pero no contra los ciudadanos.
Contra el consumismo
pero no contra los consumistas.
Contra las elecciones estatales y parlamentarias
pero no contra los que votan.
En una palabra, contra los poderosos
pero no contra quienes están sometidos por el poder.
sino la convivencia sin dominaciones donde las comunidades deciden organizadas en autogestión mediante pactos federativos, formales e informales, entre grupos, sindicatos e individualidades y entre todas las iniciativas necesarias para organizar las sociedades sin Estados ni gobiernos.
La anarquía tampoco es, como insisten erróneamente algunos compañeros, la organización meramente espontánea
sino la construcción organizada de la producción y distribución de lo existente donde lo trascendental serán las formas que se desarrollen a partir de lo que se ha construido en base a años de organización, propaganda y educación.
La anarquía tampoco es el vivir sin problemas ni el paraíso terrenal,
sino la solución de los problemas a través del apoyo mutuo y la solidaridad en igualdad.
Para terminar, la anarquía tampoco es estar contra todo,
sino que contra todo lo que nos oprime: Contra el salario pero no contra los asalariados.
Contra la meritocracia
pero no contra el desarrollo de las capacidades de cada cual.
Contra el trabajo como tortura
pero no contra los trabajadores.
Contra el amor patriarcal
pero no contra toda forma de amor.
Contra las relaciones impuestas por el Estado y las instituciones religiosas
pero no contra toda forma de relación sexo-afectiva.
Contra el ciudadanismo
pero no contra los ciudadanos.
Contra el consumismo
pero no contra los consumistas.
Contra las elecciones estatales y parlamentarias
pero no contra los que votan.
En una palabra, contra los poderosos
pero no contra quienes están sometidos por el poder.
Extraido de Todo por Hacer, Publicación Anarquistahttp://www.todoporhacer.org/
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