El pasado 29 de marzo de 2012 tuvo lugar
una huelga general en todo el estado español en respuesta a la reforma
laboral impulsada ese mismo año por el gobierno y la patronal. En
Barcelona se organizaron numerosos piquetes al margen de los sindicatos
pactistas (CCOO y UGT) que prácticamente paralizaron algunos barrios,
así como una gran manifestación por la tarde, en la que confluyeron
multitud de luchas y asambleas libertarias, y que mantuvo un tono
especialmente contundente. El resultado fue una jornada de lucha que
desbordó el inmovilismo de los sindicatos oficiales y que puso de
manifiesto la capacidad de respuesta de la Barcelona anticapitalista y
revolucionaria.
Sin embargo, en el propio transcurso de
la huelga, los políticos de la Generalitat y el Ayuntamiento de
Barcelona, de la mano de los grandes medios de comunicación, se afanaron
en condenar y criminalizar las protestas. Tildaron de violentos y
antisistema a los participantes que optaron por mantenerse al margen de
CCOO, UGT y otros sindicatos que, recordemos, utilizaban ese día como
excusa para legitimar su estatus de subvenciones y privilegios dentro
del movimiento obrero. En esta línea, la represión no se hizo esperar, y
a las personas detenidas el propio día 29 se sumaron a posteriori
muchas más, resultado de las investigaciones de la Brigada de
Información de los Mossos d’Esquadra.
Uno de los detenidos es miembro de Acció
Llibertària de Sants y de la CNT-AIT de Barcelona. Está acusado de
daños y desórdenes públicos, y se le pide una pena de prisión de cinco
años, mas el pago de 8500 euros a El Corte Inglés en
concepto de reponsabilidad civil. Desde ambas organizaciones hemos
decidido lanzar una campaña a raíz de este caso con los siguientes
objetivos:
1. Evidenciar la represión y persecución a las personas que participaron de forma activa en la huelga general, las
cuales están siendo sometidas a juicios penales con peticiones de
prisión y multas desorbitadas. En esta persecución tomaron especial
parte la Generalitat de Catalunya y el Ayuntamiento de Barcelona, a
través de sus representantes políticos y sus cuerpos policiales, que
llegaron a decir que los huelguistas éramos “ratas que nos escondíamos
en cuevas y en cloacas”. Queremos evidenciar la función represiva de
estas instituciones, independientemente de quien las gobierne.
2. Señalar empresas como El Corte Inglés,
que no contentos con generar condiciones laborales miserables,
pretenden participar en el castigo a los que se rebelan contra ellas. En
el caso de nuestro compañero, se le exige el pago de 8500 euros como
reparación del supuesto daño que le causó a la empresa. Por supuesto nos
hemos negado a pagar tal concepto. En este sentido, hemos elaborado una
campaña de boicot a El Corte Inglés para que se concozcan la realidad
laboral de esta empresa así como para exigirles que renuncien al cobro
de la responsabilidad civil impuesta a los huelguistas.
3. Generar un debate sobre el modo en que los movimientos revolucionarios afrontamos los procesos penales.
Desde nuestro punto de vista debemos apostar más por asumir las
consecuencias represivas de nuestra acción de una forma colectiva, no
generando grupos de apoyo individuales. En esta línea, creemos que son
las organizaciones y asambleas quienes deben marcar la línea política de
las acciones antirrepresivas, y como consecuencia debemos mantener unos
mínimos de coherencia a la hora de enfrentarnos a un juzgado al cual,
como anarquistas que somos, no otorgamos ningún tipo de legitimidad.
4. Por último, nos gustaría reivindicar la huelga como herramienta de lucha esencialmente confrontativa.
Ante la criminalización, la represión y los intentos por parte de
algunas organizaciones de convertir la huelga en una mera reivindicación
pacífica e inocua, nosotros queremos reivindicar los piquetes, los
sabotajes, los cortes de carretera, la paralización de las ciudades, y, a
fin de cuentas, la lucha, como el verdadero sentido irrenunciable de
cualquier día de huelga.
Sin más que añadir, desear que la
campaña que estamos realizando sea de provecho a las personas dignas y
luchadoras, y anime a más gente a salir a la calle y a organizarse en el
trabajo. A ver si para la próxima huelga general conseguimos que el
capitalismo tiemble.
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