El viernes 5 de
Febrero dos integrantes de la compañía Títeres desde Abajo fueron
detenidos en el transcurso de su última obra, “La Bruja y Don
Cristóbal”, bajo la acusación de enaltecimiento del terrorismo.
En la actuación del 5 de Febrero en Madrid parte del público
asistente se sintió molesta con la obra, y lejos de limitarse a una
cuestión estética o de criterios, llamaron a la policía que acudió
y procedió a detener a los integrantes de Títeres desde Abajo, que
habían tenido que interrumpir la obra por la acción de los
descontentos. Inmediatamente se disparan las alarmas del poder: no
solo eran artistas críticos, también eran anarquistas. En un auto
judicial que podía pasar a los anales del despropósito legal, la
Audiencia Nacional decide encarcelar a las personas detenidas “por
enaltecimiento del terrorismo”. El partido de la señora Manuela
Carmena, alcaldesa de Madrid, no tarda en anunciar a los medios.
En un acto de hipocresía monumental, al poco tiempo publican
un comunicado en el que tachan de “irresponsables” a los dos
titiriteros que van camino de la cárcel tras pasar por los juzgados de
la Audiencia Nacional y en el que anuncian que se mantienen en su
denuncia por si se han cometido actos “ofensivos o lesivos para la
sensibilidad” pero que, eso sí, espera que se mantengan sus
“garantías jurídicas”. Un intento vergonzoso de nadar y guardar
la ropa ante un hecho represivo que, lo saben perfectamente (han
leído el auto), no ha respetado las más mínimas garantías
jurídicas y colaborando de forma consciente y directa en la
articulación del enésimo montaje policial contra los movimientos
sociales. Ni una palabra pidiendo la liberación de los detenidos.sin
saber muy bien qué es lo que pasa que “tomará medidas legales”
contra los artistas que representan una obra que reconocen no haber
visto.
Desde la CNT
denunciamos este nuevo atropello a la libertad de expresión. Dos
artistas han sido detenidos en pleno espectáculo por manifestar su
posición crítica ante la sociedad actual. Por denunciar la
represión de una forma satírica. Es decir, han sido detenidos por
una cuestión exclusivamente ideológica. El aparato
político-policial-judicial del Estado Español sigue persiguiendo y
encarcelando personas por motivos ideológicos. En este país, Señora
Carmena, Señores Jueces, esto no ocurría desde los tiempos de
Franco, que por cierto ha muerto hace muchos años. No se preocupe, a
ustedes les cabrá ante la historia el ignominioso honor de haberlo
resucitado de la peor manera. ¿De que vale borrar su recuerdo si van
a recuperar lo peor de sus prácticas? Pero, Señora Carmena, Señores
de la Audiencia Nacional, no se queden ahí, no se limiten a detener
y acusar a los artistas que hoy actúan en su ciudad. Quemen las
obras de Zola, destruyan página a página las de Grave, borren de la
faz de la tierra el recuerdo de las obras de Gorki, destruyan los
teatros que representan a Brecht, pidan una orden internacional de
busca y captura de Dario Fo, ejecuten a garrote vil a sus editores, y
no olviden perseguir a sus lectores. Inicien la quema de libros y, en
esa hoguera, invoquen al espíritu del Generalísimo.
En Irán, por
nombrar uno cualquiera de los muchos lugares en los que no se respeta
el derecho a la disidencia ideológica, Rassoulof y Panahi están
detenidos por poner su obra al servicio del pueblo. Keywan Karimi ha
sido condenado a recibir 223 latigazos. ¿Harán ustedes lo mismo con
todas las personas que hemos escrito o representado, o incluso que
hemos imaginado, la necesidad de un mundo más libre y justo, un
mundo sin policía que nos persiga y nos torture, sin ejércitos que
nos masacren, sin jueces ni fiscales que nos juzguen y nos
encarcelen? ¿Harán lo mismo con todas las personas que rechazamos
los privilegios y defendemos la justicia popular? ¿Con todas las
personas que creemos que la propiedad es un robo y defendemos la
expropiación y la puesta en común de todos los bienes materiales?
¿Con todas las personas que pensamos que nuestra dignidad no cabe en
sus urnas y mucho menos puede ser callada por sus prisiones? ¿Hará
esto, la Audiencia Nacional y la Alcaldía de Madrid, con todas las
personas que creemos en la necesidad y en la justicia de una
revolución? Decía Rafael Alberti que “las palabras entonces no
sirven: son palabras. / Balas. Balas.” ¿Darán ustedes la vuelta a
este canto antifascista y nos dispararán? ¿O piensan perseguirnos
por repetir estos versos?
Desde la CNT
denunciamos este nuevo paso en la escalada represiva contra el
movimiento anarquista que se viene produciendo en los últimos años.
Resulta muy esclarecedor de qué manera el poder coincide a la hora
de atacar a quienes lo cuestionan, sea cual sea el color con el que
se pinta tal poder. Si desde la Alcaldía de Madrid se denunciaba a
los artistas por el bien de los niños, el Ministro de Interior los
condenaba públicamente, tratándolos desde el primer momento como
culpables y criminalizándolos exclusivamente por la ideología de
los detenidos. ¿Donde queda ahora la presunción de inocencia, el
derecho a la imagen del acusado, que estos personajes piden para los
ladrones de lo público que forman su gobierno? ¿Donde queda la
figura del investigado que reclaman para chorizos como Rato y el
resto de personajes habituales en los juzgados?
Desde la CNT
entendemos que hechos como este son el resultado de los procesos de
recuperación y cooptación sistémica que partidos como Podemos han
llevado a cabo con las luchas populares en las que se apoyaron para
intentar su asalto al poder. Y es que todo poder debe eliminar a sus
críticos, y más si alguna vez se mezclaron entre ellos. En este
tipo de procesos, todos los políticos al final se ponen de acuerdo.
Por eso desde la CNT nos reafirmamos en la autonomía de las luchas
populares, en la independencia respecto de los partidos políticos y
denunciamos una vez más el carácter autoritario, antipopular y
reaccionario del “asalto de las instituciones”.
Desde la CNT
exigimos la liberación sin cargos de los componentes de Títeres
desde Abajo.
En definitiva,
Señora Alcaldesa de Madrid, Señor Ministro del Interior, Señores
Jueces de la Audiencia Nacional, con actuaciones como ésta no van a
poder callar las voces que piden una sociedad más justa, en la que
ustedes, en efecto, sobran. No podrán, las harán más fuertes
todavía, las multiplicarán, y un día se verán rodeados por ellas.
En la construcción de ese día estamos avanzando.
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