Pero como no es oro todo lo que reluce, ni nos podemos fiar de ningún banquero porque está más que demostrado que no dan nada gratis, pensamos mal; ya nos avisa el dicho: piensa mal y acertarás. Bueno, pues pensamos, y pensamos mal, intuimos que todo esto no era solo una simple acción autocomplaciente sino que también podría servir para lavar la cara (y las manos) de algunos empresarios que pudiesen estar inmiscuidos en “oscuros casos de acoso y explotación laboral” y he aquí, cuando andábamos en estas reflexiones e investigando el sitio nos topamos con una oferta del gran Jerónimo Jiménez, “flamante” dueño de la empresa Doña Jimena.

Antena 3, como medio de información, en su afán de realizar un periodismo de calidad, léase lo anterior con tono irónico, debería de darse una vuelta por la localidad alcaudetense y preguntar a los vecinos cuál es la opinión que les merece este señor, que le pregunten cómo trata a las mujeres, que pregunten a los padres cómo ha tratado este señor a sus hijos. Seguramente haya muchos que ni siquiera puedan contestar; y decimos puedan porque este cacique, este señorito andaluz como decían nuestros compañeros toledanos, sabe que la única fábrica que asegura algo de ingresos, por escasos que sean y por malas que sean las condiciones laborales, es la suya. Y por eso, porque se cree un señor feudal sigue manteniendo la precariedad laboral en ese municipio y en el resto de centros de trabajo.
Nosotros, como anarcosindicalistas, como personas que creemos en un mundo más justo y libre de sabandijas y “chupópteros” como lo es Jerónimo Jiménez seguiremos denunciando públicamente y desenmascarando a estos demonios con piel de cordero que no aspiran a otra cosa que a morir rodeados de montañas de dinero, de un dinero manchado con la indignidad de sus actos.